En la tarde del jueves 21 de noviembre a las 17h en la Plaza Canal de Isabel II -más conocida como la “Plaza de las Palomas” – se ha realizado un acto denuncia contra las violencias machistas, organizado por la comisión de igualdad del Proceso de Desarrollo Comunitario del distrito de Tetuán, organizado con motivo del día internacional contra la violencia de género. Las entidades organizadoras, hemos querido visibilizar todos aquellos feminicidios que a lo largo del 2019 han tenido lugar. Para ello se ha creado un contador -en forma de tendedero- en el que cada prenda tendida reflejaba el número de víctimas por año empezando por el 2003, donde la última prenda nos mostraba cómo en los últimos dieciséis años el número total alcanzaba la dramática cifra de 1.544 asesinatos machistas cometidos en nuestro país.
En la misma plaza se han desplegado en el suelo 90 pares de zapatos teñidos de rojo, uno por cada víctima mortal. Cada par iba acompañado del nombre y de la edad de la persona asesinada. Mientras vecinas y vecinos -más viandantes que pasaban por la transitada avenida de Bravo Murillo- observaban con curiosidad y respeto la performance desplegada, el equipo de sonido reproducía en bucle uno por uno cada feminicidio cometido en este último año, junto con la fecha y la ubicación geográfica donde han ido tenido lugar.
Por último, el acto ha culminado con la lectura del manifiesto por parte de una de las integrantes la comisión de igualdad. En él se ha expresado la repulsa hacia toda la violencia que el sistema patriarcal en el que vivimos genera y se ha querido dar voz a aquellas mujeres, niñas y niños que a causa de la misma ya no la tienen. En la lectura, se ha manifestado la necesidad de poner el foco en los agresores, enfatizando en la importancia de no culpabilizar a las víctimas. Además, se ha resaltado que la violencia hacia las mujeres no sólo se da en el contexto de la pareja, sino que también esta se ejerce desde las instituciones, en el contexto familiar, laboral y social en general. Finalmente, se ha concluido haciendo hincapié en que esta violencia es cultural y estructural y que por lo tanto, ésta se debe cambiar desde la base, siendo la educación una herramienta clave para la transformación y mejora de la sociedad.