Mi barrio, aquellos buenos vecinos

En el Salón de Actos de la Bibioteca Pública Maria Moliner el Foro Minorías convocó a quienes en los años 60 a 90 participaron activamente en actividades de Ayuda Mutua en Villaverde.

Felipe Reyero, que en los 80, vino a trabajar como médico en la Sanidad Municipal y poco después a vivir, introdujo el sentido del acto: recordar que en tiempos en los que eran escasos los servicios públicos, hubo vecinos y profesionales que se volcaron de modo altruista en ayudar a personas concretas y en mejorara la vida en común.

El salón estaba decorado con grandes carteles en los que se recogían testimonios de vida vecinal de algunas mujeres y fotografías de actualidad u de cuando eran jóvenes, que ilustraban el paso del tiempo en quienes siempre se han dedicado a tareas de voluntariado, como Dioni, en tiempos bailarina profesional y colaboradora habitual del Foro Minorías, desde que se fundó hace 20 años.

También se mostraban las maquetas del barrio que hecho el taller de carpintería de AFANDICE .

Se comenzó a hablar de la Vida Vecinal gracias a los testimonios de vecinas como Conchi, Ana Maria y la mujeres del “Grupo Cultural El pino”:

Conchi nació en San Mario, en uno de los dos primeros bloques de viviendas que se construyeron en el actual barrio de San Fermín, era una barriada aislada rodeada de sembrados. Eran viviendas de familias jóvenes, cuando alguien fallaba con un niño o con un mayor, otros le ayudaban, toda la vida se hacía en el interior y todo el mundo se conocía, era una vida de pueblo. Actualmente Conchi vive en una urbanización de nueva construcción, donde la vida es muy diferente a la de su niñez, es una comunidad cerrada, no tienen un patio para que jueguen los niños, son zonas de paso muy chiquititas y con muchos vecinos que no se conocen, se conocen algunas familias por lo niños, pero los niños ahora son mayores y lo padres no se juntan.

Ana Maria vivió su infancia en la Calle Doña Francisquita 19, en esa época la vida se hacía en la calle y los vecinos se cuidaban entre sí. Su casa hacía de guardería de la chiquillería del portal, a todas les gustaba quedarse con su madre, no había dinero para guardería, se compartía el teléfono de Dori, las fiestas eran más agradables si las compartía con los vecinos. En el invierno los jóvenes pasaban más tiempo en el portal de que le gustaba a la vecina. Nunca olvidare el cariño con el que me cuidaba mi vecina” Me enseñaron muchísimo, me enseñaron a compartir”

Las mujeres del “Grupo Cultural El Pino” nos contaron como llegaron a Madrid desde diferentes regiones de España, así como de experiencias sobre la generosidad de los vecinos y vecinas: donde una vecina desconocida te abría las puertas de su casa y te daba un plato de comida cuando te refugiabas durante una inundación, de las tiendas de barrio que te apuntaban la cuenta o de como las familias siempre encontraban la manera de ayudar a los vecinos que se encontraban en una situación difícil. “cuando llegamos a Madrid, veníamos con la maleta cargada de recuerdos y el corazón abierto de par en par, veníamos de toda España, Madrid nos acogió con los brazos abiertos, poco a poco fuimos descubriendo a gente”

Pero este grupo mujeres no solo nos compartió sus experiencias personales sino también su experiencia colectiva con el “Grupo Cultural El Pino”, un grupo que se creo al descubrir la necesidad de hacer promoción cultural y alfabetización con mujeres en la parroquia del Pino y no se les ocurrió una mejor manera de contarlo que cantando un chotis: “Aquí en Villaverde, tenemos un centro que es fenomenal, en el centro del pino nos enseñan a leer.”

Otra invitada de excepción fue Marisa, la directora del Centro de Educación de Población Adulta de Villaverde, nos habló del Plan Dalton y de las Amas de Casa de San Cristóbal. Marisa estudio en el Instituto de San Cristóbal, y participo en un plan experimental denominado “Plan Dalton”, Este plan duro una década y fue todo un éxito, entre un 50 o 60% de alumnos entraron a trabajar como doctores en el doce de octubre, otros entraron en el mundo laboral y ocupan principalmente puestos de responsabilidad. Había vecinos de Villaverde Alto, Villaverde Bajo y San Cristóbal.

La madre de Marisa formaba parte de las Amas de Casa de San Cristóbal desde el año 74, aunque se denominaban Amas de Casa de San Cristóbal, ellas se movilizaban por todo el distrito: lograron hasta 8 y 9 autocares para que se pusieran los puentes en la carretera de Andalucía, No solo demandaban que se construyera un hospital para el distrito sino que querían que cada barrio tuviera un pequeño ambulatorio para las urgencia, también les preocupaba la contaminación de los alto hornos y el gas, por lo que empezaron a solicitar que se analizaran las características atmosféricas del aire y de la calidad del aire. Hacían muchas fiestas, pero también movilizaban a mucha gente.

También conocimos como se fundo APASCA y AFANDICE, gracias a uno de los primeros socios de AFANDICE que nos contó otro de los grandes logros de Villaverde, ese logro fue merito de los trabajadores de la antigua Chrysler España, algunos de esos trabajadores tenía hijos con discapacidad y lograron que Chrysler fuera una de las primeras empresas con Centro Ocupacional, más adelante crearon una asociación de familias con necesidades especiales. Actualmente Villaverde cuenta con un Centro Ocupacional, un Centro de día en san Cristóbal y servicio de atención temprana, además desde AFANDICE organizan la jornadas Paralímpicas en Villaverde.

Y al hablar de la historia de Villaverde siempre es necesario hablar de lo que supuso la lacra de la droga para el distrito: En la parroquia de San Félix, continúan reuniéndose las que entonces se apoyaban mutuamente para rescatar a sus hijos de la droga, 17 mujeres valientes que no se resignaron a ver como sus hijos eran destruidos por la droga, se llamaron Madres contra la Droga y más tarde Madres por la esperanza. También conocimos la historia de Fernando un joven que vino como aprendiz de párroco y descubrió el destrozo que hizo la heroína, junto a otros colaboradores se decidieron a crear la Asociación Arco Iris para atender a drogodependientes y ayudarles a dejar la heroína: “Nos metimos en un tinglado de atención a personas drogodependientes sin saber nada, era el SIDA el que estaba matando a la gente, pero no lo sabíamos, Ahí nació la idea de crear una asociación para ayudar a dejar la heroína y creamos arco iris”

Y cuando se habla de la lucha contra la droga también se recuerda al patriarca gitano Tío Basilio, su sobrino el tío Rufino y toda su familia, eran respetados por todo el mundo y tenían fama de ser una familia gitana fuerte y tremendamente íntegra: “Hacéis más por los jóvenes que lo que estamos haciendo los médicos.”

También se contó con un espacio para hablar del deporte en el Cruce y en Ciudad de los Ángeles. En el Cruce todo el mundo recuerda a Justo Montero y como se movilizó el fútbol sala, logrando que una cancha de baloncesto infrautilizada la convirtieran en una cancha multideportes.

También fue importante el papel de la AAVV San Nicolás, la primera asociación vecinal legalmente establecida, fundaron los juegos municipales con la intención de que participaran todos los jóvenes sin ningún coste para ellos y lograron que en ese pequeño barrio se crearon 17 equipos de distintas disciplinas.

Antes de finalizar tomo la palabra Enrique para contarnos la otro cara de esos tiempos, nos habló del abandono del barrio desde que se unió a Madrid, de las necesidades y de la escasez que pasaban las familias del distrito y de como todo los días se formaba una gran fila de personas para recoger las bolsas de comida que se donaban desde el cuartel de Ingenieros.

Al acto excusaron su asistencia por razones de fuerza mayor, Julio Alguacil, un permanente del movimiento por un urbanismo saludable, Julio de Frater de Minusválidos, el abogado Ángel , que continúan activos en tareas de acción social altruista , y se acercaron desde los barrios y los pueblos donde ahora residen José María y Fernando Urtasun. No hubo tiempo para que todos hablasen, por lo que el encuentro se prolongó a la salida.

 

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