Los pasados domingos 17 y 24, durante las mañanas, el sol nos acompañó en la plaza de Sisenando, permitiendo un espacio entre las lluvias de abril para estrechar lazos y fortalecer la comunidad intercultural en torno al “Truequeando en Sisenando” y al “Colaborando en Sisenando”, dos actividades pensadas para acercar la economía colaborativa a los barrios. Personas muy diversas han dedicado su tiempo para ofrecer un espacio de intercambio de bienes y experiencias, porque mientras una mira si hay algo de su interés en el mercadillo, ya aprovecha para hablar con el vecindario, sobre todo si se trata de un vecindario tan simpático como el de la plaza de Sisenando, inclusivo y afectuoso.
Además de los más de 150 intercambios que se han producido, hemos disfrutado de música en directo, fusionando gaitas y cajón flamenco, hemos compartido globoflexia, pintacaras, malabares, taller de peinado, clases de zumba y hemos bailado juntas y decorado la plaza, que en plena primavera nos ha acogido entre flores de lilos y árboles del amor.
Al ritmo de “dale a tu plaza alegría de la buena, que tu plaza es pa’ darle alegría y nunca pena”, una de las cientos de versiones de la Macarena, con un micro abierto, hemos escuchado también la labor de la Red de Solidaridad Popular (RSP*) Latina-Carabanchel, a quien agradecemos mucho su aportación, también hemos dado a conocer el Banco del Tiempo del Centro de Atención a Familias (CAF 7), que cuenta con 114 personas asociadas en la actualidad. Asimismo, los jóvenes han compartido el manifiesto de Oiu Share sobre Economía colaborativa y abierto debate sobre alternativas a la economía productiva. El consumo responsable se aprende también comprendiendo la ruta del dinero, y desde la proximidad, conociendo a qué contribuimos con nuestro patrón de consumo.
Porque entre todas lo tenemos todo, si estamos en contacto, cubriremos mejor nuestras necesidades y ampliaremos nuestras posibilidades de desarrollo. Porque para devolver la escala humana a la economía necesitamos tejer redes fuertes; por eso, en Sisenando no dejamos de tejer, y cada vez somos más, y es lógico, porque la alegría se multiplica cuando se comparte.
En julio volveremos con más truequeando, con más colaborando, porque las ganas se renuevan cuando disfrutamos.