Con el objetivo de conectar recursos en el barrio, y en respuesta a la inquietud del grupo de jóvenes del Alto de Extremadura de implicarse en nuevas experiencias, el Servicio de Convivencia se aproximó al Centro de Día Municipal de Alzheimer ‘San Crispín’.
Acercarse a San Crispín es ver luz, espacio y tiempo en la ciudad. Donde pasan sus días personas afectadas con trastornos de memoria, acontecen vivencias memorables para cualquiera que se acerque. 90 personas disfrutan de los servicios del centro y 220 aguardan en la lista de espera. Desde el centro se han canalizado voluntariados, prácticas y experiencias de intercambio generacional.
Según Frena Gray-Davidson, con 20 años de experiencia en Alzehimer, “Tener demencia es básicamente un viaje de la mente al corazón. Crear una relación con ellos implica ese mismo viaje y a menudo los familiares no quieren, no son capaces o están demasiado ocupados para emprender dicho viaje”.
En el centro hay muchos recursos interesantes, uno de ellos es el huerto en potencia, al que se le está buscando hortelano/a. Para empezar a tomar contacto, el servicio acompañará a los jóvenes a una jornada lúdica en este lugar para explorar nuevas posibilidades de interacción constructiva.